LA REDUCCIÓN DE LA CABAÑA ES UNA PÉSIMA NOTICIA PARA LA DEHESA Y EL MONTE MEDITERRANEO Y UNA AMENAZA PARA EL CONSUMIDOR, QUE VERÁ INCREMENTADO EL PRECIO DE LA CARNE
ASAJA-Sevilla reivindica los beneficios del consumo de carne para la salud y demanda una revisión de las políticas europeas y nacionales que, por encima de otros colectivos, deben tener en cuenta la opinión de los propios ganaderos
La desmesurada presión que sufre el sector ganadero fomenta el abandono de explotaciones y la reducción de la cabaña y, a medio plazo, provocará un desequilibrio en el ecosistema y un notable incremento en el precio de la carne. Esta fue una de las conclusiones que se ofrecieron ayer en la XXIX Jornada Ganadera, Forestal y de la Dehesa que celebró ASAJA-Sevilla en Cazalla de la Sierra y en la que se abordó el presente y el futuro del sector ganadero.
En los últimos 16 años la cabaña ganadera andaluza ha perdido el 25% de sus efectivos. Según un informe de la Junta de Andalucía que recoge la evolución del censo ganadero desde el año 2007 hasta 2023 se ha perdido un 17,41% de cabezas de vacuno, el censo actual se sitúa en 308.413 animales; mientras que en caprino y ovino este descenso ha sido aún más acusado. En el caso del caprino la bajada se sitúa en el 26,33%, con 711.973 ejemplares registrados en 2023; y en el ovino se han perdido más de medio millón de ovejas, en concreto un 31,6%, en 2023 quedaban en Andalucía 1,64 millones de ovejas.
Esta misma tendencia se replica también en el resto de la Unión Europea donde los servicios de la propia Comisión apuntan a una reducción notable de la cabaña ganadera entre 2023 y 2035 y a un incremento en paralelo de los precios de la carne al consumidor.
Tal como denunció en el encuentro el presidente del Grupo de Trabajo de Salud y Bienestar animal del Comité de Organizaciones Profesionales Agrarias y Cooperativas en Bruselas, Miguel Ángel Higuera, el sector ganadero europeo está en grave peligro de aplastamiento por la pinza a la que le somete por un lado el endurecimiento de las medidas medioambientales y de bienestar animal derivadas del Pacto Verde y sus estrategias, que ya se están aplicando, y por el otro lado, las importaciones de producciones de terceros países, que no están sujetas a estas normas, y que se ven potenciadas por los acuerdos derivados de la política comercial de la propia Unión Europea.
El encuentro, que contó con la colaboración de Fertiprado, ASEGASA, la Fundación Caja Rural del Sur y la Diputación provincial de Sevilla, fue inaugurado por el alcalde del Ayuntamiento de Cazalla de la Sierra, Adrián Torres, y por el secretario general de ASAJA-Sevilla, Eduardo Martín, quien dio un toque de atención a las administraciones, especialmente a aquellas que mantienen departamentos desde los que en los últimos años se ha venido criminalizando al sector ganadero que es básico y esencial en nuestra alimentación y del que depende el buen estado del medio ambiente y del paisaje e incluso la economía de muchos municipios de nuestro país, muchos de ellos en grave riesgo de despoblación.
Batería de medidas para la ganadería extensiva
Abrió el turno de conferencias el técnico responsable de la Sectorial de Ganadería de ASAJA-Sevilla, José Manuel Roca, que repasó las últimas medidas anunciadas por el Ministerio de Agricultura para el sector ganadero tras las movilizaciones del pasado invierno y presentó una batería de propuestas de flexibilización y mejora para el sector de ganadería extensiva que ASAJA-Sevilla quiere trasladar al Ministerio de Agricultura y a la Consejería andaluza de Agricultura, inmersa esta última en la formulación de la primera estrategia andaluza de la ganadería extensiva.
Esta batería de propuestas está dirigida esencialmente a facilitar la labor del ganadero, aliviar presiones innecesarias, dotarle de mejores herramientas y, sobre todo tener en cuenta las especificidades de cada tipo de explotación. El responsable de ganadería de ASAJA denunció algunas de las muchas paradojas y contradicciones en las que incurren políticos y administraciones con este sector, como la de defender el bienestar animal a toda costa, pero negar el agua a los ganaderos, a los que las confederaciones hidrográficas ponen trabas y cortapisas para la construcción de pequeños embalses o la apertura de pozos, más necesarios si cabe en años de sequía como los que estamos viviendo en los que es frecuente ver fuentes y abrevaderos secos.
A continuación, el asesor de programas e informes de la Secretaría General de Agricultura, Ganadería y Alimentación, Ricardo Alarcón, informó sobre el proyecto Demofarm, una iniciativa de la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural basada en la aplicación de soluciones tecnológicas digitales en explotaciones reales, con las que se persigue, entre otros objetivos, reducir la brecha digital en el sector agroganadero de Andalucía e impulsar su transformación digital.
En concreto, Ricardo Alarcón, que invitó a los ganaderos a participar en las jornadas demostrativas que desde el proyecto se están realizando, mostró las adaptaciones que se han puesto en marcha gracias a este programa en una explotación de vacuno extensivo de Huelva y otra de ovino extensivo de Sevilla. En ambas, han sido los propios ganaderos los que han trasladado sus necesidades y la Consejería, a través de este proyecto, les ha buscado una solución adaptada relacionada con la gestión de insumos, el manejo ganadero o la gestión de datos.
Orgullosos de ser ganaderos
Por último, la jornada contó también con la intervención del doctor Antonio Escribano, director de la Cátedra Interuniversitaria de Nutrición, Salud y Sector Agroalimentario, especialista en endocrinología y nutrición quién exhortó al ganadero a recuperar su orgullo, puesto que gracias a ellos los ciudadanos tienen acceso a la carne, que ofrece proteínas animales de alto valor biológico y que son imprescindibles para la vida.
Tal como expuso Escribano, “el hombre es un ser omnívoro y no puede prescindir del consumo de carne a riesgo de poner en peligro su salud, puesto que hay ocho aminoácidos esenciales que son fundamentales para la nutrición y que proceden de la carne, la leche y los huevos” y añadió que “las consecuencias físicas, psíquicas y cognitivas de la supresión de la ingesta de carne son gravísimas”.
El doctor Escribano animó a los ganaderos y a los responsables del sector cárnico a ser más activos en la defensa de su sector, porque “los argumentos científicos están de su parte”.
Asimismo confió en que este cuestionamiento de la carne, al igual que el que se produjo a finales de los años 60 del pasado siglo con los ataques de los lobbies de países productores de otras grasas vegetales al aceite de oliva, puede conducir al redescubrimiento social de estas proteínas animales de alto valor biológico que son insustituibles en la dieta humana.